
dicen las cosas más bellas,
curan cualquier herida,
besan con pasión.
Con su piel de seda,
iluminan nuestra mirada,
reinventan el arte de caminar,
nos recorren con sensualidad.
Con su amor de madre,
compensan cualquier pérdida,
calman cualquier capricho,
nos enseñan a sentir.
Con su risa de niña,
alegran nuestros días,
matan el dolor,
quiebran el aire.
Mujeres
por ellas, para ellas y con ellas,
nuestra existencia tiene un propósito,
sin ellas, seríamos solo una larva más,
nadando en los mares del pasado.
Mario Daniel Pipieri
31 de Diciembre de 2010